Potenciadores del éxito en el entrenamiento para ir al baño
Aunque la mayoría de los niños esperan poder usar el inodoro por su cuenta, pueden sentirse frustrados fácilmente por los inevitables accidentes. Navegar por esa zona gris entre pañales y ropa interior también puede ser difícil para ti.
Entrenamiento para ir al baño: 11 reglas para tener éxito
Estos son algunos consejos que ayudarán a que la etapa de aprendiendo a ir al baño solito sea lo más fácil posible para todos los interesados.
Espera hasta que tu hijo esté listo. Tratar de enseñar a ir al baño a un niño que no está listo puede prolongar el proceso. Trata de evitar comenzar el entrenamiento cuando haya otros grandes cambios en la vida de tu hijo, como una enfermedad, un divorcio, la muerte de un familiar (incluso de una mascota) o mudarse a un nuevo hogar.
Da un paso a la vez. El entrenamiento para ir al baño es un proceso que, para la mayoría de los niños, implica varios pasos distintos que se aprenden uno por uno y con el tiempo. Para poner en marcha el proceso, es posible que desees comenzar dejando un orinalito en el suelo del baño durante unos días. Dile a tu hijo que el pequeño inodoro es para él y que el grande es para adultos. Unos días más tarde, invítalo a sentarse en el asiento (completamente vestido está bien). Después de unos días más, comienza a preguntarle varias veces al día si puede quitarse el pañal para que pueda sentarse en su especial.
Aprende a reconocer los signos. Cuando veas ese baile de rodillas juntas, rebotando arriba y hacia abajo, busca un baño rápido.
Consigue el equipo adecuado. Los orinales o bacinicas deben ser lo suficientemente bajos como para que ambos pies puedan descansar firmemente en el suelo. Algunos asientos tienen varias etapas: comienzan como un asiento del tamaño de un niño que se sienta en el suelo y luego se convierten en un adaptador que se coloca en un asiento normal. Algunos incluso tocan música cuando el niño está sentado.
No jales la palanca delante de tu hijo, al menos al principio. Mientras que algunos niños pueden estar fascinados y quieren tirar la cadena una y otra vez, otros pueden estar aterrorizados, creyendo que una parte de ellos está siendo succionada por el inodoro.
Disminuye o elimina los líquidos una hora antes de acostarse. Esto aumentará las posibilidades de que tu hijo se despierte seco, lo que aumentará su confianza.
Sé positivo, pero no demasiado positivo. Demasiada emoción sobre el contenido de un pañal puede dar a un niño pequeño la idea de que lo que ha producido es de alguna manera valioso, lo que puede resultar en que él quiera guardarlo para sí mismo (dentro de su cuerpo si es necesario).
Hazlo divertido. Los chicos en las primeras etapas del entrenamiento para ir al baño son notoriamente malos para apuntar. Pon algún cereal en forma de “O”, objetos en el agua o añade un poco de colorante de comida azul (que se vuelve verde cuando la orina amarilla lo golpea), esto puede hacer que orinar sea más divertido para tu hijo y menos complicado para ti. A los niños y niñas les gustaría tener libros para mirar o un "compañero de ir al baño" especial, un peluche o una muñeca, por ejemplo, para hacerles compañía mientras usan el orinalito.
No te preocupes por el entrenamiento nocturno por un tiempo. Espera al menos hasta que tu hijo se seque regularmente después de despertarse de las siestas y se seque ocasionalmente por la mañana. El control nocturno de la vejiga a menudo no se desarrolla hasta aproximadamente un año después del control durante el día.
Coordina su enfoque con otros cuidadores. Salvo cualquier cambio importante en la vida, una vez que hayas comenzado el proceso de entrenamiento para ir al baño, no debería haber vuelta atrás. Deja que los maestros de preescolar, los proveedores de guarderías e incluso las niñeras sepan lo que están haciendo en casa y pídeles que hagan lo mismo.
No hagas del castigo una parte del entrenamiento para ir al baño. Es imposible obligar a un niño a usar el baño si no está listo o no quiere. Los niños que se sienten presionados a veces tratan de recuperar el control de la situación negándose a quitarse los pañales o no yendo al baño en absoluto. Esto puede provocar estreñimiento u otras afecciones que necesitarán ser tratadas por su pediatra.
Recuerda que la regla más importante es que seas consistente y paciente. ¡En poco tiempo tu pequeño habrá dominado esta nueva habilidad!
Fuentes:
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