Cómo enseñarles modales a los niños
Cuando nuestros hijos eran muy pequeños, no nos importaban mucho sus modales. Cuando eran bebés, cuando eructaban fuerte en general nos daba mucha risa, y a medida que aprendieron a hablar, sus insultos inadvertidos o comportamiento aparentemente grosero nos parecía hasta adorable. Pero los niños comienzan a ir al preescolar o a la guardería y empiezan las citas de juego y el circuito de fiestas de cumple años y los modales se vuelven cada vez más importantes. Los niños que no aprenden a ser respetuosos, a tener buenos modales y a comportarse adecuadamente con otras personas corren el riesgo de ser evadidos por los niños de su edad, de alienar a los maestros y a los compañeritos durante los años de escuela y de tener problemas en situaciones sociales cuando son adultos. Enseñar modales a los niños no es tarea sencilla. Si los niños de edad preescolar pudieran hacer un dibujo del universo, se colocarían en el centro. No están realmente interesados en las necesidades de los otros. La buena noticia es que probablemente ya hayas comenzado a enseñar a tu hijo buenos modales. Cuando tu niño quiere más frijoles verdes (o arroz blanco), pídele que diga "por favor." Y cuando tu niño de edad preescolar recibe un regalo, anímalo al preguntarle: "¿Qué se le dice a la abuela?" Aunque decir "por favor" y "gracias" es un gran comienzo, es solo un comienzo. Hay mucho más que tu niño debe aprender. En general, enseñar modales se trata de inculcar un buen comportamiento en una variedad de situaciones. Estos pocos consejos pueden ayudar:
Comienza por lo fácil. Para los niños de 3 años, "por favor" y "gracias" son lo más importante; después, agrega "disculpa." Aún falta mucho para enseñarle el protocolo para las comunicaciones telefónicas, el "gusto en conocerte" y las notas de agradecimiento.
Enséñale algunas estrategias. En el mismo momento en que contestes el teléfono o comiences a hablar con alguien, tu hijo en edad preescolar tendrá una urgencia inmediata e irresistible de hablar contigo. A pesar de que es casi imposible cambiar eso, puedes enseñar a tu hijo a decir "disculpa" con amabilidad o apretar tu brazo en lugar de comenzar a gritar. A medida que crece, puedes explicarle la diferencia entre los buenos motivos para interrumpir y los malos. Querer un bocadillo es un mal motivo. Un incendio en la cocina es uno bueno. Si tu hijo utiliza una de estas estrategias, responde de inmediato. Si lo ignoras cuando te aprieta suavemente el brazo le das el mensaje de que gritar es una mejor forma para llamar tu atención.
Enséñale con el ejemplo. Usa “por favor”, “gracias” y “disculpa” con tus hijos y con todas las personas con las que entres en contacto. Si no dices "por favor" cuando le pides a tu hijo que recoja sus juguetes, o te olvidas de decir "gracias" cuando tu pareja te da un regalo por el día de San Valentín, estás estropeando todas esas buenas lecciones que te has esforzado tanto por enseñarle.
Demuéstrale con actitudes. De la misma forma, sostener la puerta para la persona que viene detrás de ti y ayudar a un anciano a cruzar la calle modela el buen comportamiento. Gritar al conductor que te impidió avanzar con el auto en la calle, logrará exactamente lo opuesto.
Sé coherente. Los modales y el buen comportamiento no solo son para cuando estás en compañía o para salir a comer. Deben ser parte de tu rutina diaria.
No sermonees. Muchos padres empiezan con sermones interminables como "¡Deja de gritar! ¿Cuántas veces debo decirte que hables más bajo en la casa?" Las frases cortas, concisas, como "En voz baja, por favor" son mucho más efectivas. Lo mismo sucede con el comportamiento. Si tu hijo toma la comida con las manos, en lugar de darle una charla sobre la historia de los cubiertos, simplemente dale un tenedor.
Más recompensas, menos castigos. Los niños de edad preescolar quieren hacer lo correcto incluso cuando no saben bien qué es. Y les encanta recibir elogios. Por eso, cuando tu hijo se porte bien, felicítalo mucho. Y sé específico: "Estoy muy orgullosa de cómo le pediste perdón a tu hermanito bebé por dejar caer un bloque sobre su pie."
Respeta a tu hijo. Si tu hijo se porta de forma grosera, apártalo y habla sobre el tema en privado. Criticar a tu hijo frente a otras personas lo avergonzará y podría causar que sea incluso más grosero como una forma de vengarse de ti.
Establece y refuerza las consecuencias. Debes exigir más modales a medida que tu hijo crece. Así que si te pide que vayas al área de estar y le traigas el osito de peluche que se dejó allí, dile que tiene que ir y buscarlo él mismo. Y si no te da las gracias por servirle ese vaso de leche que te pidió, retíralo hasta que te agradezca.
Finalmente, mantén tus expectativas a un nivel razonable. La realidad es que enseñar buenos modales es un proceso que tomará años. Mientras tanto, necesitarás estar preparada para recordárselo a tu hijo decenas de veces todos los días, antes de que el mensaje realmente surta efecto.
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