Convertirse en mamá: tres consejos que toda madre debería saber
Has leído varios libros sobre paternidad, recorriste Internet en busca de consejos y hablaste con tu doctor una y otra vez. Convertirse en madre primeriza es emocionante, pero también desafiante. La maternidad sin dudas te dará sorpresas, pero te presentamos tres simples consejos para mamas ayudarte a prepararte para la llegada de tu bebé.
Los bebés no siempre duermen cuando están cansados. No parece lógico, pero un bebé cansado no siempre equivale a un bebé que duerme. De hecho, un niño demasiado cansado tiende a estar irritable y difícil de tranquilizar. El secreto es buscar señales de que tu bebé está cansado y ponerlo en la cuna antes de que esté demasiado dormido. Presta atención a puños cerrados, bostezos, si se frota los ojos, tiene movimientos espasmódicos o si se tira de las orejas. Cuando tu bebé tiene unos meses más, probablemente comenzará a aprender a calmarse, lo que facilitará que se duerma por sí mismo. Da clic aquí y aprende más acerca del sueño del recién nacido.
Ten cuidado con los gérmenes. Si bien un poco de exposición temprana a los gérmenes puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico de tu hijo, no tienes que arriesgarte a que se enferme. Realiza un control de gérmenes e insiste en que cada persona que cargue o toque a tu bebé, se lave las manos primero. Además, mantén a amigos y familiares enfermos al margen, y desinfecta tu hogar con regularidad. Sin embargo, algunos gérmenes no se pueden evitar y hay muchas cosas que puedes hacer.
Aprende algunas técnicas para calmar al bebé. Todos los bebés son diferentes y les gustan cosas diferentes, pero un masaje delicado puede ser una forma efectiva de calmar a tu bebé y consolarlo cuando está molesto. Calienta una crema o loción para bebé en tus manos y comienza por su frente, sigue por la nariz, mejillas y mentón, y termina en su cuello. Otra manera de calmar a tu bebé es cargarlo en un portabebés mientras haces las cosas de la casa.
Como mamá primeriza, es absolutamente normal preocuparse de cómo ser mejor mamá. Solo recuerda que tus propios instintos pueden ser tu mejor arma. Cada vez que enfrentas algo nuevo, la experiencia te llevará a ser una madre con más confianza.
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