Cómo meditar: tiempo para mamá
Entre atender a un bebé y cuidar de la casa, es difícil para las mamás encontrar un momento para ellas. Tomar solo unos minutos al día para meditar renovará y recargará tu mente y espíritu por horas.
Detente. Respira.
Durante miles de años la gente ha recurrido a la meditación para tranquilizar la mente y conseguir paz interior y tranquilidad.
Los beneficios. La meditación puede ayudar a reducir los niveles generales de estrés y puede ayudar a mejorar tu foco y concentración. Puede ayudarte a dormir mejor y también a relajarte al amamantar.
Práctica, paciencia, persistencia.
La meditación puede no ser fácil para ti al principio, de hecho, puede parecer frustrante. Mantener tu mente calma y enfocada es casi imposible. Muchos expertos en meditación dicen que la mente se resiste cuando intentas meditar por primera vez y, de hecho, se vuelve más difícil. La buena noticia es que, al igual que todo lo demás, la meditación se vuelve más fácil cuanto más la practicas. Incluso si dominas la técnica, puede tomar algo de tiempo ver resultados.
Conviértelo en una práctica familiar.
Enseñar a tus hijos a meditar desde una temprana edad puede ser uno de los regalos más valiosos que les des. Hazlo como un juego. Por ejemplo, vean quién puede sentarse quieto y en silencio por más tiempo. Siéntense alrededor de una vela (a una distancia segura de la llama) y vean si pueden quedarse tan quietos que la llama no se mueva.
Primeros pasos.
He aquí algunas pautas para ayudarte a iniciar tus prácticas de meditación.
1. Decide cuándo meditarás.
2. Encuentra un lugar silencioso en tu casa.
3. Reúne algunos elementos (almohadas, incienso, una fotografía) que comenzarás a asociar con lograr un estado de relajación.
4. Colócate en una posición cómoda. Sentarte de piernas cruzadas o recostarte puede funcionar. Mantén tu columna estirada para que puedas respirar profundamente con facilidad.
5. Concéntrate en pensamientos positivos. Si tu mente comienza a vagar, suavemente tráela de regreso.
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